5 de octubre del 2024

Manuel Earl: Tres estrellas con la celeste

Balerio, Castro, Earl, Pardo, Soto, Solano, Garay, Palacios, Magallanes, Julinho…. Esa era la alineación de Sporting Cristal que la familia celeste sabía de memoria allá por el año 1994. Entre estos jugadores que jornada a jornada hacían delirar de júbilo al hincha bajopontino, pasaba algo desapercibida la figura de uno de sus baluartes defensivos: Manuel Earl.

Si bien a lo largo de su carrera no dejó necesariamente grandes jugadas que quedaran impregnadas en la retina del hincha, su sola presencia en el área celeste fue el complemento ideal para un equipo que en aquella demoledora temporada apenas recibió 25 goles, contra 113 anotados.

Manuel Orestes Earl Ponce nació el 28 de marzo de 1968 en Lima, y se crió en la zona de la avenida Lucanas, en el corazón de El Provenir, emblemático barrio si lo hay en La Victoria. Desde temprana edad demostró sus dotes de buen jugador en el famoso mundialito del Porvenir, el torneo callejero más importante del Perú.

Fue Sporting Cristal el club que le otorgaría la oportunidad de marcar su debut en Primera División. En 1987 y con 19 años de edad, el espigado defensor hizo su estreno oficial en el balompié nacional, en el partido que Cristal le ganó 1-3 a Internazionale por la fecha 20 del Metropolitano, el 9 de agosto.

Aquel día, Earl hizo dupla en la zaga central rimense con Segundo Cruz. Ese mismo año también fue convocado a la selección juvenil integrando la delegación que representó al Perú en el Sudamericano Sub-19. Dirigido por Juan Carlos Oblitas.

para 1988, luego de la caída del Fokker con el plantel de alianza lima, Sporting Cristal decidió prestarlo a algunos al club de la calle abtao, El año 1990, fue de cambios para la vida de Manuel Earl. No solo contrajo nupcias, sino que emigró a Defensor Lima, que le sirvió de plataforma para encaminarse nuevamente a la institución que le brindó la oportunidad de mostrarse en el firmamento futbolístico: Sporting Cristal. Juan Carlos Oblitas solicitó su retorno y ello se materializó para la temporada posterior.

Gloria celestial
Con un «plantel de gente experimentada», como rezaba el rap, Cristal se consagró campeón de la última edición de los tristemente recordados Regionales. Earl conformó aquella temporada una zaga sólida fungiendo de stopper junto a su primo político Jorge Arteaga, y con Claudio Pedraglio reinventado como líbero por Oblitas.

Desde entonces y por el próximo lustro, se mantuvo como titular habitual en la zaga rimense viendo pasar distintos zagueros: Orlando Prado, el ‘Bimbo’ Luis Ávila, el hondureño Juan Ramón Castro, José Soto y Marcelo Asteggiano, pero siempre con Earl como habitual tercer comparsa.

Al año siguiente y ya con la reestructuración del Descentralizado, Earl aportó goles en las victorias bajopontinas sobre Sport Boys, Universitario y León de Huánuco. Su regularidad le permitió el llamado de Vladimir Popovic a la selección, con la que solo llegó a jugar un partido internacional A-1: el amistoso disputado ante Rumania en el estadio Nacional en febrero de 1993, en el que ingresó a los 40 minutos en reemplazo de su amigo Juan Reynoso. En aquel 1993, Earl anotó cuatro goles con Cristal, tres de ellos en una demoledora goleada cervecera: el 10-1 endilgado a UTC en la ‘Cancha de los Muertos’ de Chorrillos por el Torneo Intermedio.

Ya en 1994, Sporting Cristal empezó a conformar la base del equipo que tres años después se consagraría subcampeón de la Copa Libertadores. Earl anotó un solo gol, que curiosamente también fue parte de una estrepitosa goleada: su tanto inició el célebre 1-11 sobre Defensor Lima del 31 de julio de 1994.

Al año siguiente, con las llegadas de José Soto y Asteggiano, Earl rotó en la zaga con Orlando Prado en el bicampeonato rimense. Convirtió un solo gol y en una nueva goleada: fue en un 4-0 sobre Sport Boys.

A mediados de 1998 migró a Estados Unidos para radicarse en New Jersey, donde vivió los últimos 13 años hasta que en 2011 una enfermedad acabó tempranamente con su vida. El recuerdo de Manuel Earl, sin embargo, perdura entre los aficionados celestes noventeros, varios de los cuales -mal inducidos por ciertos locutores de la época- lo llamaban «Eral».

Alcanzó la gloria con Sporting Cristal en los años 1991, 1994 y 1995. En aquella aplanadora celeste, Manuel Earl se inscribió como uno de los primeros stoppers del fútbol peruano.