Vivencias: uno puede cambiar de vida, de esposa, de carro, de casa, de país, pero nunca, nunca de equipo…
Vamos a jugar pelota, dijo uno de mis amigos, yaaaa, gritamos todos. Formemos los equipos, a ver quiénes son de alianza? yoo, gritaron unos. A la derecha entonces quienes son de la u? nosotros, dijeron los demás, mi amigo Pedro y yo nos quedamos callados.
Tú de que equipo eres me preguntaron, no tenía definido mi hinchaje por un equipo así que dije soy de PERU. Nooo, me dijeron, eres de la u o de alianza, de la u de la u, me decían unos, no del alianza me decían los otros, me quede pensando y fui donde mi papa y le pregunte de qué equipo era y él me dijo soy de CRISTAL. Salí corriendo y les dije soy de CRISTAL. Ahh, entonces tu no juegas, me dijeron y se fueron.
Me quedé con mi amigo sentado y él me dio la mano y me dijo: somos solo dos pero en unos años seremos tantos como ellos. Estábamos en el año 1982 tenía 9 años y el barrio se dividía en dos bandos gallinas y cagones, me quedaba sin jugar varias veces, otras veces jugaba, pero nunca cambié de equipo y seguí siendo celeste hasta ahora.
Pasaron 4 años y comencé a ir al estadio, recuerdo que la barra estaba conformada por «tíos» y algunos que llevaban a sus hijos, y yo era el único moreno, el primer partido que fui me botaron, oe, tú qué haces aquí me dijo un tipo, anda vete que la barra de alianza está en sur. Noo, le dije, yo soy de CRISTAL, total que me quedé y como sabia tocar la corneta me hacían pasar con la barra.
Recuerdo mucho al «loco Pepe Galliani» a «chaira» al «charapa» y al «tio coqui» recuerdo las primeras broncas con las gallinas de oriente que eran más cantidad que nosotros y nos daban en las broncas, y me viene también a la mente la imagen del gran «Chobi» el que se atrevió a saltar de Oriente a Norte para pelearse con las gallinas que querían gomear a unos celestes que estaban pegados a oriente, un guerrero como no los hay ahora.
Pasaron los años ya por el 89 la barra creció y unos comenzaron a tener la idea de pasarse para la popular, cosa que disgustó mucho a los «tíos» y se oponían a tal cambio, ese año solamente se lanzó la idea, pero a finales de los 90 la sangre nueva de la barra se decidió ir a la popular.
El plan era captar la mayor cantidad de hinchas por lo que se empezó a ir distrito por distrito, por supuesto que en el Rímac se juntó una gran cantidad de gente que a la postre se convirtió en la base de la barra
Los 90s fueron una época muy violenta para la sociedad peruana, en aquel entonces ya tenía 18 años y me había convertido en otra persona, ya no era aquel niño inocente que cantaba y aplaudía a su equipo, yo era un tipo violento y en cada bronca era el primero.
Cada partido con las gallinas nos íbamos a robar banderas, logré juntar hasta 13 banderas, estaba buscado, por lo que un día fueron a mi barrio cerca de 300 gallinas, pero no me encontraron.
Luego, comenzaron los viajes a provincias y con ellos, los saqueos en las carreteras, en las provincias era una cosa tremenda, era prácticamente un delincuente juvenil, me dejaba llevar por el trago y la marihuana, mi vida era solo para CRISTAL Y LA BARRA.
Vivía esperando los domingos, un día antes me ponía a chupar, antes del partido también y menos mal me di cuenta que me estaba haciendo un daño y que no valía pena todo lo que hacía, poco a poco me fui alejando, no de la barra, si no de las peleas y del trago y me volví un hincha más tranquilo, pero siempre metido en todo lo de la barra.
Me alejé un par de años de la barra y cuando volví me enteré de que varios de mis amigos estaban presos, otros internados en un centro de rehabilitación y otros seguían fumando por ahí todos sucios.
Recuerdo que fui con mi esposa y le dije: ves a ese pata, él es mi amigo, yo paraba como él en la barra y hacia lo mismo que hace él, lo llamé, no me reconoció, le di un sol y se fue. Mi mujer me dijo: pensar que tu pudiste acabar así. Me quede pensando y me entró un escalofrío terrible.
Hoy estoy cerca de los 50 años y sigo yendo al estadio ahora con mi hijo quien también es celeste. Cuando sale a jugar con sus amigos, recuerdo lo que contaba líneas arriba, el cambio en la cantidad de hinchas es notorio, su equipo del barrio lo conforman puros hinchas de Sporting Cristal y con suplentes incluso.
A veces me pongo a pensar que hubiera sido de mi si mi papá no me decía Cristal, pienso que igual lo hubiera sido, porque las alegrías que me ha dado este equipo son indescriptibles, me ha hecho llorar de emoción y me ha hecho pasar de la tristeza a la alegría en tan solo minutos, este es mi equipo, CRISTAL DE MIS AMORES TE LLEVO EN EL CORAZÓN.
Porque uno puede cambiar de vida, de esposa, de carro, de casa, de país pero nunca, nunca de equipo.
TIRULERO
RIMAC