12 de octubre del 2024

Vivencias: La primera batalla ganada ante las gayinas

Era 1988 y la barra era aún incipiente en cuanto a agrupar un buen grupo de jugadores. Estaba bien organizada en cuanto a contómetros, banderas y bombo. Tenía canciones pegajosas (algunas súper tranquis) pero no aguante. Éramos apenas aproximadamente 40 personas empadronadas y en esto creo los celestes somos bastante honestos, no éramos muchos, encontrar hinchas celestes regados en cada esquina no era común.

La barra estaba compuesta mayormente por gente mayor y los demás tendríamos entre 17 a 21 años, mayormente nuestros viejos eran hinchas de otros equipos, nosotros habíamos elegido el equipo que nos gustaba, aquel que llenaba nuestros ojos y corazones.

Si Cristal tenía en su barra 10 jóvenes que pelearan era mucho. Nos sabíamos elegidos, y como una raza sui generis, llevábamos ese estigma en el alma orgullosos y conSCientes de que el camino sería complicado.

Para aquellos adictos a la celeste interesados en saber cómo empezó el odio entre celestes y gayinas les diré en mi humilde opinión que ocurrió una noche de 1988 cuando Cristal disputo el titulo con las de Odriozola.

En los 80’s estábamos en Oriente y era difícil poder ubicarnos en esa tribuna pues para poder situarnos en la parte alta (pegados a la popular norte) teníamos que entrar por una puerta de Oriente que daba justo a la barra oficial de las gayinas.

Pasábamos de cinco en cinco caminando en silencio sin provocar evitando cruzarnos con las gayinas. Ellos nos insultaban y nosotros no respondíamos.

¿Por qué empezó el odio? Nadie lo ha podido explicar a ciencia cierta pero me animo a decir que desde que tengo uso de razón pienso que las gayinas querían desquitarse con alguien de lo que los cagones les hacían. Por si fuera poco, Cristal les daba harta batalla en los partidos y les arrebataba campeonatos. Este odio fue acrecentado por un porcino y repugnante dirigente que siempre se refirió a Cristal como “El enemigo”.

Las gayinas de oriente tenían un hincha llamado Rubén Marrufo (ahora es periodista y escribe en varios medios deportivos). El gordo era abusivo. Cierta vez recuerdo que la ardilla (barrista antiguo de la época de Rolo) y yo estábamos comprando cigarros. Éramos unas piltrafitas y Marrufo nos hizo la bronca a la mala. Él tendría fácil 22 y pesaba al menos 80 kilos. Como sabía que igual nos iba a pegar (“La muerte antes que el deshonor”) decidí mandarlo a la mierda antes que me rellene y agarré Una botella.

“Tiramela pes huevon” dijo el gordo y no quedaban apenas segundos para decidir qué hacer, la suerte al parecer estaba echada para mí. Eran tardes de dobletes y jugaban los cagones también. Dos hinchas cagones (aquella vez las relaciones con ellos era buena) le dijeron que no sea maricen. El gordo arrugó y se fue.

Volviendo a nuestra historia inicial de aquella noche de 1988 en que Cristal definía el titulo con las gayinas, les diré que hubo escaramuzas en Oriente, las chatas de ron caían cerca de nosotros y por ahí alguien terminaba con la cabeza rota. La gente celeste no quería arrojar chatas por temor a represalias, pero tanto jodían las gayinas que empezamos a insultarlos y tirar botellas.

“ Huevo… huevo…huevo pa’ la U” era aquel entonces el peor insulto a la gayinas. Todo porque cierta vez el celeste “Huevo Odriozola les metió un golazo. Al menos eso era lo que contaban barristas antiguos como Chino Fernando y Popeye Rondon.

Las botellas llovían de rato en rato, escupitajos e insultos se repartían por doquier. El partido estaba candente y las gayinas provocaban sabiéndose más fuertes pues nos doblaban en número. Repelíamos el ataque con correas. Los más radicales teníamos cadenas (apenas 3 0 4 puntas) e incluso nuestra misma gente (los adultos) nos decían que guardemos las cadenas. Pero eran necesarias pues en la barra había familias y hasta un par de señoras y había que defenderse.

La hinchada gayina estaba enardecida. Sobre todo, norte porque veían que de alguna manera nos estábamos rebelando aquella noche.

Claro si el equipo gayina hubiese ganado allí quedaba todo, pero la fuerza indómita celeste aquella noche estaba preparada para algo grande que finalmente desató la pelea, el odio y envidia que hasta hoy nos tienen las gayinas.

En popular norte un grupo de gayinas se pegó a Oriente porque vio que en esa esquina de la popular flameaba orgullosa una bandera celeste rodeada por camisetas del mismo color y quisieron adueñarse de ella. Sorprendentemente otros hinchas celestes de norte los botaron a correazos. Por allí alguien saco una “zapatera” para repeler al grupo y al final las de norte se quitaron.

Pero todo se puso peor cuando en el suplementario Manassero decretó el 2-1 para la celeste y allí las gayinas se picaron más y esta vez vino un grupo de 50 puntas a hostigar al grupo de hinchas que se defendían como podían y no arrugaban. No lo podían soportar: Cristal (según ellos un equipo chico) les robaba el campeonato.

Como las gayinas se veían impotentes llamaron al grueso de su barra que eran al menos 100 (en aquella época las barras eran más chicas numéricamente hablando).

La barra de gayina de oriente se cagaba de risa y aplaudía a sus maridos de norte (una vez la de norte vinieron a oriente a visitarnos pero esto será parte de otra historia que luego contaremos) pues creían que iban a aplastar a los hinchas celestes.

Me parece ver claramente a un tío cojito pero más guerrero que el carajo metiendo combos y correazos y el patita de la “zapatera “que lo clava a un faltoso y los hinchas celestes se parapetan cerca al alambrado nor-oriental

Los que estábamos del otro lado del alambrado sentíamos impotencia pues los policías estaban apostados justo allí. Un grupito de oriente decidió pasarse a la tribuna norte pero la policía puso un cordón inexpugnable.

Lo que paso a continuación es real y lo dijo el mismo Micky Rospigliosi en Ovación.” Los hinchas de Sporting Cristal están haciendo correr a la barra norte de la u.

¿Qué había pasado? que Choby, barrista de oriente que medía 1.90 y pesaba 85 kilos había saltado a la norte y con un palo de metro y medio estaba privando gente.

Las gayinas querían reagruparse y zoc zoc a punta de palazos en la cabeza dejaba gente tirada en el eSCalon.

El choby siguió avanzando, hecho un demente primero solo y literalmente llegó hasta el medio de la barra norte que demostró (como en el gallinero) que solo atacan cuando son más. Al ver que el Choby continuaba peleando otros los hinchas lo secundaron. Cuando la policía separó y puso un cordón, la primera victoria celeste en una bronca se había consumado.

Aquí no floreamos a nadie (como las gayinas que inventan historias, si hubiese seguido la bronca por media hora quizás el cansancio nos hubiese pasado la factura, porque ellos eran más, pero en los cerca de 10 minutos que duró la bronca, Choby guerreo poniendo en riesgo su vida con la valerosa ayuda de hinchas (no eran barristas) que pelearon con él, pues es así cuando el hincha ve que su barra tiene aguante también se lanza al ataque.

Ya con el título bajo el brazo y luego de dar la vuelta la barra salió a la calle y si bien hubo algunos conatos, nos abrimos paso a combo limpio. Una vez capeado el temporal estuvimos tomando con toda la guardia vieja: Rolo, Ardilla, Chino, Cesar, Juan P, Flaco David, Peloduro, Popeye Rondón, Aldo, Pancho, Periquito, Salomón, Jefrey, Rata etc. Disculpen si olvido algún nombre.

También celebramos con aquellos hinchas de norte a quienes les estaremos siempre agradecidos pues nunca (al igual que el Choby) se jactaron de nada, lucharon en silencio sin buscar la figuración personal.

“Es mejor morir de pie que vivir de rodillas “

Esta batalla fue narrada por “Espartaco” barrista antiguo que prefiere el anonimato. Para reconstruir la historia se contó con la ayuda de Aldo hincha y ex barrista desde el lejano 83. Asimismo, Espartaco cambio impresiones con un pata de su barrio (que por desgracia es gayina) y que estuvo presente en esa bronca en la hinchada rival. Asimismo, queda como testimonio lo que informó la prensa de aquella época y las palabras del periodista Micky Rospligiosi.