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La triste historia detrás de la batalla de la bombonera

La nueva generación de hinchas del Sporting Cristal que admiran la entrega, derroche y calidad de Jorge Cazulo, probablemente no sepan que a lo largo de su historia el cuadro celeste ha contado con verdaderos guerreros en su zaga y primera línea de volante.

Este es el caso del defensor e Idolo Celeste Orlando ‘Chito’ de la Torre, quien a lo largo de 15 años brindó lo mejor de su juventud y juego al club Sporting Cristal.

Su esfuerzo le permitió al equipo cervecero cosechar los títulos nacionales de 1961, 1968, 1970 y 1972 siendo uno de los zagueros de mayor éxito en la historia del equipo del Rimac y que sin duda entra al equipo ideal de todos los tiempos.

El popular «Chito» tiene una historia muy triste con relación a la «Batalla de la Bombonera» y la cuenta así:

Nunca podré olvidarlo. Para mí es el episodio más triste de mi vida porque por ese partido perdí a mi madre.

Ella lo estaba mirando en Lima por televisión y observó claramente cuando me vi cercado, acorralado por varios jugadores de Boca, hasta que conseguí arrancar el banderín del córner y defenderme con ese palo. Lo estaba viendo todo, se impresionó y falleció de un ataque al corazón.

¡Cómo para olvidarme de ese partido! Yo había tenido el pálpito de que las cosas no se darían normales si ganábamos o empatábamos. Ellos necesitaban ganar. Nosotros estábamos eliminados pero podíamos ayudar a la clasificación de Universitario.

Al hablar de lo que podio pasar, nos pusimos de acuerdo en que si se producía _alguna bronca nos íbamos a reunir en un solo bloque para defendernos. No fue posible. Faltaba muy poco cuando se armó el lío. Lo empezó Coch pisando a Eloy Campos, caído en el piso y le fracturó el tabique nasal. Enseguida Rogel se le fue encima a Mellán y no paró hasta mandarlo al hospital.

Palacios nos corría con algo que tenía en la mano y que a mí me parecía una cachiporra. Creí que esa noche nos mataban a todos.. .

A las tres de la mañana me sacaron de la comisaría donde estábamos detenidos. Fue raro, porque la orden era que no saliera nadie. Ale vino un extraño presentimiento que se acentuó cuando llegué al hotel.

Los dirigentes me dijeron entonces que debía viajar de inmediato a Lima porque mi mamá estaba delicada de salud. En realidad ya había fallecido, pero no quisieron darme la noticia.

Regresé junto a Gallardo y Del Castillo. En el aeropuerto Jorge Chávez nos cruzamos con los cinco jugadores que Sporting enviaba pura cubrir nuestras bajas en el partido contra Rosario Central que debía jugarse a los pocos días. Tampoco ellos me dijeron nada, Cuando llegué a casa me quería morir…»