La hinchada que no abandona y que no deja de alentar
Ayer no era un domingo cualquiera, era “el domingo”. La familia celeste se juntaba en el populoso distrito del Rímac para despedir a su equipo y escoltarlo en caravana hacia el coloso de la calle José Diaz.
En la Florida se vivió un ambiente especial, familias completas con sus hijos, hinchas longevos contando anécdotas del tiempo de Quesada y Gallardo, viejos amigos que se encontraban después de tiempo y se confundían en ese abrazo que se da con el corazón, antiguos barristas ya cincuentones con sus hijos ya adolescentes, e incluso, algunos con sus nietos presagiando una buena tarde que lamentablemente no fue.
Afuera del estadio se vivía también un ambiente de fiesta, caminando por los alrededores del nacional los hinchas se cruzaban con gente que no veían en años y como dice la Canción de Enanitos Verdes: “que poco ha cambiado nuestra onda solo cambiaron un poco nuestros cuerpos”. El estadio era una fiesta, un recibimiento espectacular y con el hincha enchufado
Cuando el partido se puso 2 a 0 algunas personas (seguramente en su primera vez en un estadio) comenzaron a caminar hacia la salida de la tribuna, pero sucedió algo, un hincha anónimo lleno de coraje -ese que le falto al equipo- ingreso a la cancha enseñando con orgullo su camiseta a todo el estadio, ese gesto encendido al hincha y los que se retiraban se detuvieron al ver semejante acción y el “EXTREMO” se volvió loco, y entonando el himno a todo pulmón hizo vibrar a todo el estadio.

La gente no paraba de cantar, era un loquerio, las lágrimas no demoraron en caer en los rostros de los hinchas y no eran lágrimas por estar perdiendo no, eran esas lágrimas que te salen del corazón cuando haces las cosas con amor, esas lágrimas que sin querer mojan tus mejillas, secan tu garganta e inundan tu alma de un sentimiento que es difícil de explicar.
Lo de ayer fue una tarde espectacular para el hincha, no creo que nadie haya dejado de estremecerse en el estadio, las 4 tribunas cantando y saltando a pesar de la inminente derrota y a la salida del estadio… “seguíamos cantando”.
Ayer la hinchada una vez más se graduó de incondicional y se escucho fuerte en el nacional “ OHHHH NADIE NOS SEPARA NI EN LAS BUENAS NI EN LAS MALAS”
Orgulloso de ser parte de esta hinchada.
Tirulero – La Vieja Gvardia
Pd. Mientras en las redes criticaban, en el estadio la hinchada no paraba de alentar.