En Sporting Cristal no celebramos empates. Ahora, con eso en mente, imagínate nomas cómo habría sido hoy el humo si el resultado habría sido a la inversa. Pero no. En Cristal nadie celebra empates por más que sean como el de ayer.En Sporting Cristal no celebramos empates. Ahora, con eso en mente, imagínate nomas cómo habría sido hoy el humo si el resultado habría sido a la inversa. Pero no. En Cristal nadie celebra empates por más que sean como el de ayer.
Por lo demás, hay que decir que el de ayer fue un partidazo. Si hay que reconocer algo a Universitario es que hace honor a su personalidad y, cuando se llena de moral, se convierte en un rival difícil por más que su presente diga lo contrario. Es bueno tener rivales así, que signifiquen un reto. Sólo enfrentando a retos es que el equipo de Mario Salas puede mostrar falencias para después corregirlas. Los equipos facilitos no nos ayudan a eso. Por lo demás, esa frase que señala que contra Cristal “todos se juegan su final” es doblemente cierto cuando el que nos enfrenta es Universitario. Se juegan la final, el orgullo, el año. El resto de partidos los juegan a cualquier cosa, cuando ven la camiseta celeste al frente se acuerdan de mejores tiempos y hacen todo por revalidar su cartel. Esta bien, cada quien va por la vida con lo que tiene y lo que puede.
Por eso no sorprendió que, cuando en la previa todos les dijeron que los íbamos a humillar, se llenaran de moral y sacaran vergüenza deportiva. Mucho menos aún cuando horas antes se filtró la noticia de que su entrenador se iba. El local salió dispuesto a comerse el mundo para despedir a Pedro Troglio con un triunfo. Capitalizaron nuevamente un error que en La Florida creímos ya desterrado y, de un córner, sorprendieron a la defensa. Aldo Corzo inició el grito que duró poco porque si Universitario tiene empuje y poco más, a Cristal le sobra talento. Una triangulación imperfecta dejó un balón para Horacio Calcaterra que la colocó en la esquina más dificil. Go-la-zo. Y como insinuando que la fiesta había terminado, Emanuel Herrera selló un penal antes de irnos al descanso. Nubes en Ate, parecía que las profecías de humillación se iban a hacer realidad.
Yo no sé qué pasó en ese segundo tiempo. Fútbol, que le llaman. Cristal, tan contundente en las fechas anteriores, falló varias claras de gol. Por el lado del local, estaba claro, también jugaron los esfínteres y tanta fuerza y presión parece dar resultados. El fútbol es apasionante porque cuando parece que no responde a reglas, aparece alguna para decirte que a veces este deporte también es predecible. Cuando uno desperdicia oportunidades, éstas luego se ofrecen al rival. Cristal no cerró el partido cuando lo tuvo y por eso, casi al final del partido, se vio en desventaja. Hay que identificar errores y plantear mejoras, la tarea pendiente de un equipo que aún está en desarrollo.
La imagen definitiva de este partido es cervecera. Jorge Cazulo ya anotó el empate y corre besando la camiseta que defiende y que – imposible dudarlo – ama. Y con Cazulo, todos. El gol fue justiciero porque este equipo cervecero, a pesar de las que falló, no merecía perder. Y porque el local, a pesar de todo lo que puso , tampoco merecía el logro de ganarle a un equipo que tiene una campaña superior. Los 20 puntos de ventaja que le sacamos en la tabla lo sentencian.
Terminó, entonces, la etapa regular del Torneo de Verano. Cristal ha sido el mejor en todos los campos y bajo todas las lecturas. Gran campaña inicial que se va a definir en partidos de ida y vuelta ante Sport Huancayo. Las finales serán otra historia, lo que hay que aplaudir hoy es la campaña cervecera. Altísimo nivel, digno de nuestra historia y camiseta.
Por: Chalo
Director de www.elcristalconquetemiro.pe
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