La Cancha: Sporting Cristal 1 – Unión Comercio 1
Centro, centro, centro, centro, centro, córner, centro, centro, centro, córner, córner, centro, centro, centro.
Veía (centro) jugar ayer a Sporting Cristal (centro) y se me ocurrió pensar (centro) en que cabía la posibilidad de que la (centro) International (centro) Board (centro) hubiera cambiado el Reglamento y que (centro) desde anteayer los córners (centro) sumaban puntos como para ganar (centro) el partido (centro). Algo así como que por cada (centro) cinco córners, el marcador te sumaba un gol (centro) o algo así.
¿Pero, en qué momento, Daniel Ahmed se convenció a sí mismo de que la mejor forma de jugar es lanzando pelotazos a la olla? ¿En qué momento empezamos a jugar a tirar centros ?
¿Y el fútbol? ¿Y el bendito manual de estilo? ¿Y la idea de dinamizar el fútbol? ¿y la presión?
Hemos dejado de jugar casi un mes entero. Se habló que el equipo debía recuperarse y mentalizarse para ganar el torneo local porque, en teoría, plantel tenemos. Pasan las semanas ¿y el técnico nos presenta esto? Un equipo errático, larguísimo, al que lo agujerearon a contras, que no apostó por el fútbol y que abusó del pase largo y del centro cómo única y exclusiva arma de ataque. ¿Para esto se trabajó en las semanas anteriores?
Vamos, también es cierto que se chocaron tres pelotas al palo y que el arquero visitante sacó por lo menos dos claras que se iban adentro. Entonces hay que preguntarse, ¿eso que no se concretó fue consecuencia del juego de Sporting Cristal? Te doy mi respuesta: no. Si Cristal falló goles no fue como consecuencia de su juego de pelotazo y centro, fue más bien a pesar de éste.
Eso quiere decir que Sporting Cristal fue un equipo superior a Unión Comercio y claramente tenía las armas para hacer valer su condición de local y de campeón. Pero no lo hizo, no por mala fortuna, sino porque en vez de utilizar las armas que le potencien esa condición, se echó a jugar a lo que no sabe hacer.
Entonces, uno piensa que en vez de «reinventar» buenos jugadores en posiciones que no son las suyas, el técnico debería más bien «reencontrarse» con el fútbol que supo mostrar. En vez de estar pensando en poner a Ballón de lateral – sacando del once a Josué Estrada que vino al equipo para jugar ahí – debería pensar porque Cristal no pone el balón en el piso, no utiliza vértigo, no triangula, no abre, no rompe lineas, no sorprende, no define.
Claro, podrás decirme que Ahmed no mandó al equipo a jugar así y que, otra vez, son los jugadores malos malísimos quienes se concertan para no hacerle caso a las preclaras indicaciones del técnico. Es decir, siempre queda el camino de regresar a junio del 2014.
Ahora, que Ahmed puede arreglar este entuerto, sí, lo puede hacer. Ya lo demostró. Entonces, que lo haga. Pero que lo haga ¡ya! Esto es Sporting Cristal y este es un campeonato de 16 fechas. Tampoco es que tenemos la vida entera.
Pero lo que a mi me deja sin explicación aún es la forma que tiene Daniel Ahmed de destruir lo construido y complicarse de nuevo en problemas viejos. Con errores y faltas, coincidíamos que había encontrado la forma de hacer funcionar al equipo de manera exitosa para el Torneo Local. Coincidíamos en que necesitaba afinarla. Pero … de un tiempo a esta parte, Ahmed ha hecho todo al revés. Ha desarmado lo avanzado e intenta – al parecer – avanzar por otro lado, con otra idea distinta. Es como si fuera otro técnico. Del juego de ataque, de triángulos ofensivos, de llegada con gente por las bandas, hoy hemos quedado reducidos a un equipo en el que la pelota recuperada se «lanza» (para utilizar el eufemismo) a los de las bandas para que estos saquen un centro. ¿Que el área está lleno de jugadores rivales? No importa, centro. ¿Que nuestros delanteros llegan casi solos y rodeados de defensas? No importa, centro. ¿Que nuestros delanteros no superan el metro setenta y cinco ? No importa, centro.
¿Por qué, Daniel, por qué?
Como también hay que preguntarse en qué momento Daniel Ahmed, o Sporting Cristal en todo caso, decidió mandar al tacho el tema de los menores. ¿En qué momento dejaron de vendernos la idea de que vamos a ser un club formador y que nuestra principal apuesta está en los menores? Ayer sólo hubo dos jugadores menores de 20 años en la cancha: Alexis Cossio, que de un tiempo a esta parte viene mostrando una regresión preocupante en su juego, y Jairzinho Gonzáles a quien desde esta columna me voy a negar siempre a considerarlo como un «menor». Y eso porque: a) No salió de Sporting Cristal, b) No mantiene ningún afecto con Sporting Cristal a parte del que puede sentir cada quincena cuando pasa por el cajero, y c) Por que su llegada más bien le cerró la puerta a muchachos de la casa.
Cossio y Gonzales en cancha y Brian Bernaola en banca. A eso se redujo ayer el «gran proyecto de menores». Y si sumas que Alberto Giraldéz se fue entre gallos y medianoche a dirigir a España, que Telmo de Andrés ya no está en menores sino que está en Escuela Base, que existen algunos entrenadores de categorías menores que regresaron luego de haber estado en la etapa mas oscura cuando el descuido de la institución los puso en manos de Eduardo Asca, que ya no hay una cabeza administrativa visible que dirija menores, entonces parece que la gran cruzada pro-menores que trajo Felipe Cantuarias simplemente se la llevó el viento. Y de pronto, recuerdas que en las reservas contra Unión Comercio jugaron Luis Abram, Pedro Aquino y Carlo Urquiaga (que anotó dos goles, por cierto) quienes ya tienen experiencia en primera.
Y, a todo esto, ¿no que Daniel Ahmed iba a ser el técnico que tenía los huevos necesarios para jugárselos por los menores? ¿Ya no? Pues parece que ya no, ahí donde en las canchas de detrás de la tribuna de occidente del Alberto Gallardo se hablaba de un par de voces que vinieron desde lo más alto requiriéndole a Ahmed que incluya como titular a Gonzáles. No importa si suma o no suma, si aporta o no aporta. Al parecer lo importante es otra cosa. Y, al parecer también, el técnico deja hacer porque piensa que de esa manera pronto regresará a San Luis donde las cosas eran más cómodas y menos fastidiosas.
Y saber esto te hace pensar que, quizá, Daniel Ahmed termina inventandole posiciones a Ballón para no tener que sacarlo del equipo luego de que se le condiciona a poner a algún otro jugador que no sólo no sirve para su esquema sino que, en general, no suma. Tener a Gonzáles en cancha significa tener a Ballón de lateral y a Estrada a la banca. Gonzáles es el nuevo Mimbela, entonces, que utiliza a Sporting Cristal como su «estación» para la siguiente transferencia que deberá ser jugosa. Cuando se vaya a jugar a Alianza Lima, que tarde o temprano lo va a hacer – igual que Mimbela – , nos enteraremos quien ganó con su paso por el Rímac. Claramente que no va a ser Sporting Cristal.
¡Qué ganas, entonces, las que tiene Sporting Cristal de complicarse las cosas! Justo cuando todo parecía armado para que iniciemos una etapa victoriosa en la historia del club. Hoy la hinchada levanta la voz de protesta pidiendo que Ahmed deje de hacer lo que sea que esta haciendo y empiece a hacer lo que hizo antes (así sea levantar el teléfono y llamar al Cusco para pedir opiniones). Pero, parece que las únicas voces que escucha es las que vienen de alto, muy alto, y a cambio de que lo dejen regresar a donde quiere estar.
Centro, cent
ro, centro, centro, centro, córner, centro, centro, centro, córner, córner, centro, centro, centro, el jugador que iba a tirar centro, lo piensa dos veces, decide ser jugador y no autómata, no centra, pasa, el que la recibe decide no centrar, busca el espacio, patea, gol. Empate.
Por: Chalo
Director de elcristalconquetemiro.com