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La Cancha: Sporting Cristal 0 – Racing Club 2

El camino a la competitividad internacional es largo y difícil. Ese es mi mantra para esta Copa Libertadores. Y hoy, al igual que en los tres partidos anteriores, repetiré que cada punto que Sporting Cristal logre en la Copa va a ser resultado de un esfuerzo extraordinario de sus jugadores. Cada punto va a costar sangre y va a valer oro porque se va a requerir mucha concentración, mucho esfuerzo, mucha raza. Y así, con esfuerzo excepcional logramos la semana pasada un resultado histórico y con el mismo esfuerzo excepcional hicimos ayer un partido más que correcto en el Nacional. Un partido en el que nos fajábamos de tú a tú con el campeón argentino y que, así como se definió para la visita, pudo definirse para el local.

Pero en este nivel de competición, nivel que aún no es el nuestro, basta un error para que el esfuerzo deje de ser todo lo excepcional que se necesita y no alcance. Esa es la fatalidad de nuestra situación. Basta un error, pequeño o grande, y dejamos de contarla. Tener un error y que no nos cueste, es cosa de fortuna. Lo normal es que los errores nos cuestan resultados y puntos. Por que los puntos, ya lo dije, cuestan sangre. Hace un mes, el error lo cometió Renzo Sheput al fallar un penal. Ayer el error lo cometió Renzo Revoredo que perdió un balón en salida y cometió un penal. El error que nos costó el partido. El segundo gol me molesta menos. Perdiendo de local, Cristal buscó acomodarse nuevamente y, una vez que lo hizo, siguió atacando. Nos metieron un gol de contragolpe, con el equipo jugado adelante. ¿Qué reclamarles sí todos sabíamos que lo mismo da perder por 1 que perder por 2 (3 sí hubiera sido otra cosa, por la diferencia de goles en la tabla)? ¿Acaso no estuvimos todos de acuerdo en que el equipo se la juegue por rescatar la igualdad?

Al igual que los empates, Sporting Cristal no celebra «victorias morales», aunque hay que reconocer que en un medio como el nuestro, acostumbrado a las derrotas contundentes, es bueno empezar a tener ya algunas victorias morales, pero de las verdaderas, no de aquellas que venden los pasquines de cincuenta céntimos. Sin embargo, ese tipo de «victorias», en el Rímac, suenan a burla, saben a poco, nos recuerdan todo aquello que queremos lograr y aún no tenemos en las manos. Pero el dolor por la derrota no puede hacer que dejemos de reconocer el esfuerzo de nuestros jugadores, que perdimos un partido ante un rival superior (por que siempre fue superior, nuestro triunfo en Avellaneda no negó esa realidad) sin guardarnos nada. Me quedé tranquilo, en líneas generales, con el esfuerzo de los jugadores y con lo visto en la cancha, con la intención del equipo de jugar a lo suyo y con lo cerca que estuvimos de lograr el objetivo. ¿Que nos faltó? Sí, nos faltó. ¿No alcanzó? No, aún no alcanza. ¿Debemos sucumbir entonces a la estrechez de pedir que se destruya todo lo avanzado? Ni pensarlo. Esta es una derrota que no debe encender la crítica que busque destrucción, sino todo lo contrario. Esta derrota debe empujarnos a pedir que se siga trabajando más y mejor, que se continúe en el camino que nos ha convertido en el único equipo peruano que da presentaciones decentes en Copa Libertadores, que no se desande el camino sino que se porfíe en él. Sólo con más trabajo, ya no nos van a faltar cosas. Sólo con más de este trabajo, lo que tenemos va a empezar a ser suficiente.

Por lo pronto, Racing Club debe ser el único club del Grupo 8 de la Copa Libertadores 2015 que está respirando tranquilo. Muchos dirán que es por su casi segura clasificación a octavos de final, yo más bien creo que respiran tranquilos porque son los únicos que ya no tienen que enfrentarnos de nuevo. Por que sí hay algo de lo que estoy seguro es que este equipo cervecero no se ha derrumbado por este resultado y que saldrá en San Cristobal y en el Nacional a lograr ese objetivo que acariciamos todos. Este equipo sabe que cada punto va a valer oro y va a costar sangre. Y ya nos han demostrado que son generosos en ello y que sangre es lo que más tenemos.

Siempre orgulloso de tu camiseta y de los que la defendieron, querido Sporting Cristal.

Por: Chalo
Director de elcristalconquetemiro.com

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