Julio César Uribe, un crack desde su debút
Una mañana cualquiera do 1969 un chiquillo moreno, espigado y de andar pausado transponía el portón del club Sporting Cristal llevando sobre el hombro su maletín de útiles deportivos. Un viejo par de zapatos do fútbol, pantalón medias y camiseta era toda su propiedad personal. Venía desilusionado luego do jugar por los calichines de Alianza Lima a donde llegó a insistencias de su padre muy amigo del ‘Cholo» Rafael Castillo, encargado de las divisiones inferiores del club Victoriano. NdelW (Desde allí a la actualidad se fue forjando como jugador y va camino a la consagración. Se encariñó tanto con el club, con el trato que le dispensan a sus deportistas que con el tiempo se identificó tanto con Sporting Cristal que la hinchada lo declaró Idolo celeste.)
Cuando a su edad muchos piensan aun en consagrarse en los torneos juveniles este morocho. Julio César Uribe. Flores cumple a los 18 años su anhelo de jugar en primera, de apilar hombres, de pisar la pelota como a él le gusta y de ¡hacer goles! . Porque nadie va a negar que este jugador, mostró aptitudes do crack desde que se le vio frente a Alianza Lima donde le hizo pasar una tarde negra al musculoso Javier Castillo.

«Podría decir que nací para el fútbol. Vivía a tres cuadras de la cancha de Barbones y desde los cuatro años permanecía allí horas y horas, casi sin sentir hambre con tal de ver en acción a los equipos de barrio que domingo a domingo jugaban interminables partidos. Allí comencé a familiarizarme con la pelota, a dominarla y jugarla. Un día mi papá. Máximo Uribe, me llevó a la presencia del «Cholo» Castillo quien me probó en los calichines. Así jugué mi primer partido en el Estadio Nacional, casi lleno de gente. Recuerdo que hicimos el preliminar del partido entre el combinado Muni-Alianza con el Bayern de Munich que traía a Overath, Beckenbauer y Muller. Fue realmente un recuerdo imborrable.
Una vez fuimos a la cancha del Cristal con el equipo del barrio y le ganamos al local. El profesor Silva me vio jugar y me dijo que venga a entrenar con ellos. Después volvieron a invitarnos para otro partido y allí nos pusieron a muchachos más grandes. Nos golearon por 8 a 0. Pero seguía en pie la invitación del Profesor así es que decidí probar suerte. Al principio me «chupé» y me fui solo a un costado pero el profesor me dijo “Aquí todos somos una familia así es que no tienes por qué estar apartado…». Entonces me hice amigo de todos; muchos de ellos están ya en el primer equipo…».
En momentos previos al Alianza-Cristal. Augusto Moral confesaba en una entrevista radial que le hizo Pocho Rospigliosi «Mucho ojo con ose muchachito Uribe que va a sor titular para el 78». Y desde allí todos nos propusimos observar con detenimiento lo que hacía en la cancha y, en verdad, que sorprendió sus cualidades. Facilidad para el desmarque, hábil para el dribling la pisada y el enganche, veloz pera las paredes y como si todo esto fuera poco shoteador y codicioso. Pocas veces se podían reunir estos atributos en un solo jugador, máxime si recién salía del cascarón. Por eso agradó ver su presentación porque se va demostrando que la ley natural de la renovación se va dando en nuestro fútbol. Se podría decir que, con esta nueva savia, el futuro de nuestro fútbol va asegurando su vigencia.
«Se que me falta mucho y en cada partido trato de aprender. Creo que conforme adquiera más experiencia voy a rendir más porque me canso a las finales. Muchos me han dicho que debo dosificar mis fuerzas y es que a veces no puedo porque salgo con tantas ganas de jugar que corro y corro. Me gusta arrancar de atrás pero ahora Eloy me dio indicaciones de jugar de punta de lanza y estoy contento. Lo principal que tengo que hacer, según me aconseja mi papá que es mi hincha número uno, es tener disciplina, contracción al trabajo y sobre todo humildad…
¿Quién no espira a lograr lo mejor para los suyos? Julio César Uribe no es la excepción. Se ha fijado una meta: triunfar y va camino a cumplir su objetivo. Recién emprendió la ruta que lo puede llevar a lograr la fama y el dinero. Por eso cuando le tocamos el tema sonríe y, a la vez, su rostro adquiere una expresión de solemnidad. Es el cuarto de seis hermanos, tres hombres y tres mujeres pero igual piensa que tiene responsabilidad para luchar por los suyos.
«Lo primero que quisiera es hacer del fútbol una buena carrera para darle a mi viejita todo lo que desee. Una casita propia y seguridad para todos. Por eso tampoco descuido mis estudios porque se igualmente que el fútbol no dura toda la vida. Terminé mi secundaria y pienso seguir estudios superiores de IBM para tener un empleo seguro con el cual defenderme cuando haya que decir adiós al fútbol ¿No cree?
Así es el número 10 del Sportlng Cristal. Julio César Uribe Flores. Tiene dotes de crack y va camino a serlo por eso se aguarda mucho de él porque nuestro fútbol requiere de sangre nueva y joven para seguir llenando tribunas y mantener vigente su jerarquía a nivel internacional.
Entrevista por Ricardo Delgado 1977