El fútbol está de luto. Pelé, O’Rei del fútbol, dejó de existir
A causa de un cáncer que le causó complicaciones renales y cardiacas, y luego de ser trasladado a cuidados paliativos, se confirmó que el astro brasileño falleció a los 82 años.
Quien para muchos es el mejor futbolista de todos los tiempos, nació el 23 de octubre de 1940. Sus padres, Joao Ramos (Dondinho) y María Celeste, le pusieron de nombre Edson Arantes do Nascimento, aunque su nombre sirvió solo para la inscripción: desde muy pequeño, empezaron a llamarlo Pelé. El apodo surgió porque, de niño, jugaba como arquero y lo hacía realmente bien. Incluso, a algunos le hacía recordar a Bilé, un portero con el que ‘Dondinho’ había jugado. Empezaron a llamarlo así, hasta que evolucionó a Pelé.
Pero lo suyo no estaba debajo de los tres palos, sino frente a ellos. El jovencito nacido en Minas Gerais no había nacido para evitar los goles, sino para hacerlos. Lo suyo no era arruinar festejos, sino generarlos. Incluso en Ameriquinha, el equipo de barrio creado con sus amigos; y en las divisiones inferiores de Baquinho, donde era entrenado por Waldemar de Brito, internacional con Brasil en el Mundial de 1934, quien convenció a su madre para que abandone no solo su empleo en una fábrica de zapatos, en el que ganaba dos dólares al día, sino también su casa, para mudarse a Sao Paulo, ciudad en la que defendería los colores del Santos.
Aunque al llegar a las menores del ‘Peixe’ le pidieron mejorar su físico, eventualmente era invitado a entrenar con el primer equipo. Así, en setiembre de 1956, debutó en un amistoso ante el Corinthians. Y lo hizo de la mejor manera: con gol. Desde entonces, nada lo frenó.
Los inicios de O’Rei
El año de su aparición en el fútbol profesional fue 1957. Su primer partido oficial con el plantel absoluto del Santos FC fue en abril, ante Sao Paulo, y, una vez más, demostró que era especial: hizo un gol en el triunfo de su equipo por 3-1. Por su estirpe goleadora, el joven empezó a ser conocido como la ‘Perla negra’. De corpulencia media y gran habilidad técnica, se caracterizaba por tener potente disparo con ambas piernas y estupenda anticipación.
Hasta 1974, Edson Aranhtes do Nascimento demostró su talento en Santos, equipo con el que fue máximo artillero en 11 torneos, ganó seis Serie A, 10 Campeonatos Paulistas, cinco Torneos Río-Sao Paulo, dos veces la Copa Libertadores (1962 y 1963), otras dos la Copa Internacional (1962 y 1963) y el primer Campeonato Mundial de clubes, también en 1962.
Volvió del retiro
Aunque en 1974 anunció que colgaba los chimpunes, los problemas económicos lo obligaron a volver a la actividad. Y, aunque tuvo propuestas del Real Madrid, Milan y Juventus, él buscaba algo mucho más tranquilo, sin tanta exposición, por lo que, en 1975, con 35 años, aceptó una oferta que llevaba ya tiempo a la espera: la del New York Cosmos, de la extinta North American Soccer League (liga que existió en Estados Unidos y Canadá entre 1968 y 1985).
En 1976, la institución estadounidense le entregó una bota con detalles de oro en reconocimiento por su gol 1250. Al año siguiente, el primer día de octubre, Pelé dio el adiós definitivo al deporte rey con un partido de despedida entre el Santos y el Cosmos. Jugó un tiempo para cada uno y marcó un gol para el cuadro norteamericano, que finalmente se quedó con la victoria por 2-1. Con 36 años y 1283 tantos en 1367 encuentros, uno de los mejores deportistas de la historia puso punto final a su carrera.
Donde hizo historia: la selección de Brasil
Su debut en Santos llamó de inmediato la atención de Vicente Feola, entrenador de la Selección de Brasil. Lo convocó y, apenas unos meses después de su primer partido en el fútbol profesional, vistió la camiseta de su país. El rival fue Argentina y el encuentro se llevó a cabo en el Maracaná, en el marco de la Copa Roca. El joven de 17 años anotó, pero el ‘Scratch’ perdió por 2-1. Tres días después, cobró la revancha ante el mismo contrincante y por el mismo torneo: ganó 2-0 y marcó uno de los goles. Así empezó su reconocimiento a nivel nacional e internacional.
En 1958, consiguió el primero de sus tres títulos mundiales en Suecia, cifra que, hasta ahora, nadie ha podido igualar. Y, aunque inicialmente fue resistido por la hinchada de Corinthins (se dejó fuera a su figura, Luizinho) y se perdió los primeros dos partidos por lesión, finalmente hizo seis goles en cuatro partidos y justificó con creces su convocatoria. Con 17 años y 239 días, se convirtió en el futbolista más joven de la historia en alzar la Copa del Mundo. Además, en la semifinal ante Francia, se volvió el futbolista más joven de la historia en hacer un triplete.
De la mano (o el pie) de Garrincha, Pelé impuso en Brasil una etapa brillante, caracterizada por un juego artístico y vistoso, llamado ‘jogo bonito’. Su intuición, control y disparo eran el plus al baile que parecía hacer cuando dominaba el balón. La leyenda ya empezaba a escribirse. En 1961, la prensa francesa lo bautizó como O’Rei.
En 1962 volvió a ganar un Mundial, ya con 21 años. Sin embargo, a diferencia del primero, en Chile no fue figura a causa de un esguince. Jugó apenas dos partidos, siempre con dolor, pero igual se le abrió el arco en una ocasión. De todas formas, la copa se sumaba a su palmarés.
En la siguiente cita mundialista, en Inglaterra 1966, Brasil fue la decepción. El plantel llegó con mala preparación y problemas dirigencias. Pelé, al igual que en Chile, hizo solo un gol en dos partidos. De hecho, los rivales siempre le cometieron duras faltas, hasta que lo lesionaron. La ‘Canarinha’ se despidió en fase de grupos y la estrella brasileña renunció a su selección. Sin embargo, tres años después volvió al campo en representación de su país, de cara a México 70, mundial en el que hizo cuatro anotaciones en seis duelos. Brasil volvió a alzar el trofeo y Edson Arantes Do Nascimento se convirtió en el primer y único futbolista que ganó tres Copas del Mundo. Además, le valió para ser considerado en el equipo de las estrellas de la Copa Mundial de Fútbol.
El domingo 18 de julio de 1971, jugó su último partido competitivo con Brasil, tras 15 años: un 2-2 ante Yugoslavia. Lo más importante no fue el resultado, sino la ovación que O’Rei recibió de todo el público presente. En 1973 y 1976 disputó dos encuentros no reconocidos por FIFA: la despedida de Garrincha y un homenaje póstumo a Geraldo Dias. En total, con la selección de Brasil, Pelé jugó 91 partidos y anotó 77 goles.
Pelé fuera de las canchas
Tras su retiro, el astro brasileño se convirtió en embajador de la ONU, parte del Comité de Juego Limpio de la FIFA y Embajador de Buena Voluntad de la Unicef.
En 1994, Santos lo nombró asesor ejecutivo. Ese mismo año, fue designado Ministro de Deportes. Pese a la falta de apoyo de la clase política, promulgó en Brasil la Ley Pelé: gracias a ella, cuando un jugador termina contrato con su club, debe renovar o quedar libre.
Fue nombrado ‘atleta del siglo’ en 1980 y, en 2000, Jugador del Siglo de la FIFA. Aunque nunca ganó el Baló de Oro (en aquella época solo podían elegirse europeos), en 2014, se le entregó el Balón de Oro Honorífico. En 2020, fue incluido en el 11 histórico del Balón de Oro. En 2010, fue designado presidente honorario del Cosmos (refundado).
Asimismo, participó de distintas producciones musicales y audiovisuales, como Evasión o victoria, Once más Uno y, la más reciente, Pelé, documental de Netflix.
Vida personal
Se casó por primera vez con Rosemeri Cholbi, matrimonio que duró de 1966 a 1978. Con ella, tuvo cuatro hijos: Kelly, Cristina, Edinho y Jennifer. En 1994, 16 años después de su divorcio, volvió a casarse. Assiria Seixas Lemo fue su segunda esposa y tuvo dos hijos con ella: Josua y Celeste. En 2016, contrajo nupcias por tercera vez con Marcia Aoki, empresaria 25 años menor que el exfutbolista.
Además, tiene extraconyugalmente dos hijas. A una de ellas la reconoció tras mandato judicial. Sandra Regina Machado fue su nombre: falleció en 2006, a los 42 años, víctima de cáncer de mama.
El adiós de una leyenda
Su cuerpo ya no está, pero su legado es eterno. El goleador brasileño marcó un antes y un después en la historia del fútbol mundial. No en vano, es reconocido por muchos como el mejor de todos los tiempos. Y, aunque el debate seguro durará años, lo cierto es que Edson Arantes Do Nascimento es una leyenda. Rompió récords que aún nadie supera y llevó su talento a lo más alto del deporte más apasionante. Y eso no tiene fecha de caducidad. Pelé es eterno.
¡Descansa en paz, O’Rei!