
El viernes 9 de marzo de 1984, una misa y un pequeño coro cantando el Himno Nacional apadrinaron la venia de la Confederación Sudamericana de Fútbol: el estadio Mansiche había sido habilitado para recibir los partidos de local de Sporting Cristal en la Copa Libertadores y las autoridades trujillanas, junto a dirigentes de Sporting Cristal, brindaban.
El día anterior, el plantel rimense había llegado a Trujillo a cumplir su objetivo: llevar el certamen continental a provincia. Ese mismo jueves 8, se pulieron los últimos detalles para el aval de la CSF: se instaló una malla metálica en la recién inaugurada tribuna norte del Mansiche; asimismo, se refaccionaron las bancas de suplentes y los camarines. El gramado de juego quedó impecable.
El 11 de marzo de 1984 se jugó el primer partido Sporting Cristal recibió esa tarde, a las 4 pm, a FBC Melgar. Los rimenses tenían como líder a Héctor Chumpitaz, quien anunciaba su próximo retiro, pues solo iba a disputar la Libertadores. Melgar llegaba con una baja: Ernesto ‘Chivo’ Neyra no pudo arrancar por una antigua suspensión.
Cristal, dirigido por José Chiarella, formó con Humberto Valdettaro en el arco; Pablo Lobatón, Héctor Chumpitaz, Rubén ‘Panadero’ Díaz y Orlando Mendoza integraron la zaga; Alfredo Quesada, Luis Reyna y Pedrito Ruiz estuvieron al medio; Luis ‘Cucaracha’ Mora, César Loyola y Juan Caballero encabezaron el ataque.

Melgar, con Gustavo ‘El Polaco’ Merino como DT, formó con Jesús Oviedo en portería; Jorge ‘Billarista’ Ramírez, Víctor Concha, Freddy Bustamante y Ángel Gutiérrez en defensa; al medio arrancaron Raúl Obando, José Aguayo y Genaro Neyra; Luis Advíncula (padre del actual jugador de Hoffenheim), Héctor Almonte y Víctor Gutiérrez fueron los atacantes.
Ocho mil personas llegaron al Mansiche. El más aplaudido de esa tarde fue Juan Caballero, nacido en Trujillo. Precisamente fue él quien, a los 8’, forzó una pelota con Obando, permitiendo que llegara a los pies de Loyola, quien con un derechazo abrió la cuenta.
Los rojinegros, sin embargo, golpearon dos veces consecutivas: a los 37’, Advíncula empató con un zapatazo desde treinta metros; dos minutos más tarde, Genaro Neyra volteó el score tras servicio de Ramírez.
En el segundo tiempo, Jorge Hirano entró por Mora y su presencia cambió el partido. Apenas a los 48’, ‘Koki’ puso la paridad. Cristal consiguió el 3-2 a falta de tres minutos para el final, gracias a un golazo de Pedrito Ruiz.
Regreso otoñal
Cristal volvió a Trujillo casi un mes después. En ese lapso, disputó sus tres visitas de la fase de grupos. En Venezuela, cayó 1-0 ante Portuguesa de Acarigua, en un polémico partido que terminó antes de cumplirse los 90’; se resarció venciendo 0-1 a ULA con gol de Hirano. En Arequipa sufrió un duro golpe: Melgar le ganó 2-0 (fue la única victoria rojinegra en aquella edición).
El 4 de abril, Cristal recibió a Portuguesa en el Mansiche. Reaparecieron Chumpitaz y Reyna, suspendidos dos fechas.
Portuguesa, que era dirigido por nuestro compatriota Mario ‘Foca’ Gonzales, amenazó con no presentarse por falta de cupo en los aviones: adujo que era difícil llegar a Trujillo y pidió una postergación del partido por 24 horas o que este se jugara en Lima.
Cristal no aceptó las condiciones; la CSF, tampoco y los amenazó con una inhabilitación de tres años. Los venezolanos llegaron finalmente a Trujillo, tras varias conexiones de vuelos.
Cristal jugó un excelente primer tiempo y se fue al descanso con una cómoda ventaja de 2-0. A los 14’, Pedrito Ruiz dio un pase por derecha a Mora, quien sacó un disparo que se desvió en un defensor, descolocando al arquero venezolano Velásquez. El segundo llegó a los 30’: Quesada sirvió un pase largo a Hirano, quien bajó el balón, se metió entre dos defensas y superó a Velásquez con un disparo a media altura.
Sobre el final, llegó el descuento de Portuguesa; el partido terminó 2-1 a favor de Cristal. Nadie le dio importancia en ese momento, pero aquel gol venezolano sería decisivo (fatalmente decisivo).
El 8 de abril, Cristal recibió a ULA, en el tercer partido copero del Mansiche. Los rimenses recibieron un golpe inesperado en la previa: tres días antes, ULA derrotó 0-1 a Melgar en Arequipa, con lo cual los venezolanos quedaron con inmejorable chance de clasificar.
El triunfo venezolano en el Misti obligaba a Cristal a ganar por 3-0 para clasificar. Un 2-0 no le servía, pues, aunque igualaban en puntaje y diferencia de goles, ULA salía beneficiado por una mayor cantidad de tantos marcados como visitante (tres contra uno).
No obstante, aquel grupo copero tenía una inusitada cantidad de reclamos pendientes: Cristal había reclamado que el choque de ida, contra Portuguesa (derrota 1-0), no había terminado en tiempo establecido; además, había protestado por la mala inscripción de un jugador de Melgar (Martín Gago).
Con un Mansiche que tuvo a 11 mil hinchas entregados en la tribuna, Cristal no pudo pasar del 2-0: Mora (a los 34’) y Loyola (a los 57’) vencieron el arco de César Baena. A priori, los celestes quedaban eliminados.
Pero las siguientes semanas, tras papeleos infinitos, la CSF (que aceptó parcialmente los argumentos de los bajopontinos) optó por una opción más controvertida que salomónica: que Cristal y ULA jugaran un partido extra en Cali por la clasificación.
El 11 de mayo, los venezolanos sorprendieron, ganaron por 2-1 y dejaron a los rimenses fuera de las rondas semifinales.
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