Previamente se le conocía como “El Leñador” porque tenía un hacha en un pie y un machete en el otro. Pero el sobrenombre “Cóndor” viene de Uruguay.
Fue justamente el año 68 en el partido en Montevideo por la Libertadores, donde Peñarol con Juan Joya nos empató y nos sacó de la Copa estando invictos, sin haber perdido un solo partido. Ese día Fernando estuvo impasable. Ganó todas las bolas por alto debido a que era una maravilla saltando.
Se daba un doble impulso que sobrepasaba al de los más altos delanteros rivales hasta por treinta centímetros, tanto así que muchas veces le propusieron jugar como basquetbolista, pero lo de él era, es y será el fútbol.
Al día siguiente, la prensa uruguaya reconoció su gran actuación y lo distinguió colocándole el sobrenombre de “El Cóndor de los Andes”.
Esto sucedió tres años antes de la famosa bronca de la Bombonera, cuando Alfonso “Pocho” Rospigliosi equivocadamente lo involucra en el lío diciendo que Fernando había iniciado el bochinche, cuando en realidad el Cóndor que estaba tirado en el suelo fue victima de un cobarde y artero puntapié a la cabeza, resultando privado del conocimiento y trasladado de emergencia a una clínica. Pero de esa famosa bronca ya hablaremos en otra ocasión.
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