Con la cabeza puesta en Sporting Cristal, pero con el corazón que jamás dejó de ser amarillo y negro, Alejandro González se apronta para un gran desafío profesional y personal: jugar los cuartos de final de la Copa Sudamericana frente a Peñarol, el club que lo formó.
Y a pesar de todo eso, en Lima ya es un hombre de la casa. El zaguero de 33 años tuvo un pasaje por el club incaico en 2009 y ahora volvió.
El equipo domina el fútbol peruano, jugó la fase de grupos de la Copa Libertadores y tras no acceder a octavos, pasó a la Sudamericana. Eliminó a Arsenal de Sarandí y ahora enfrentará al carbonero.
“La ilusión siempre está en el lugar en el que te encuentres. El objetivo nuestro este año era pasar la fase de grupos de la Copa Libertadores independientemente de los rivales que nos tocaran. Enfrentamos a San Pablo, Racing y Rentistas. Sabíamos que dos de esos equipos en los papeles eran netamente superiores y favoritos por donde lo mires.
Pero después que ves el calendario caes en la realidad de que eso de la ilusión es un poco más complejo, pero a mí me quedó la sensación, y también fue algo general acá en Perú, de que competimos y si uno mira los partidos más allá de los resultados, Cristal fue híper competitivo y mostró una mejor versión a la hora de jugar con su característica principal que es la tenencia de la pelota”, le contó Alejandro González a Ovación.
Y más allá de no poder avanzar a octavos de la Libertadores, Cristal se metió en la Sudamericana pero el golpe no fue tan duro: “Tuvimos muy buenos partidos y nos quedamos con la sensación de que pudimos haber tenido otro resultado, pero no lo tomamos como una decepción. Dimos lo que podíamos dar y quizás para la gente Cristal fue competitivo y domina la Liga peruana, pero no pudo dar ese paso a nivel internacional.
Eso es aceptable porque convivimos con eso acá. De todas maneras la realidad es que enfrentamos a grandes equipos y teníamos que clasificar sí o sí a la Sudamericana. Lo logramos y es un hecho muy importante porque somos el único equipo de Perú en la definición de torneos de Conmebol y también porque desde 1997 -año en el que fue subcampeón de la Libertadores- que Cristal no avanzaba a estas instancias.
Entonces la ilusión ahora está más viva que nunca y en lo personal después que vos te metés en una serie mata-mata te podés encontrar hasta con una final como me pasó con Peñarol en 2011”, recordó.
Esa campaña en la que el equipo carbonero llegó hasta la final en 2011 contra Santos lo tuvo al defensor en el plantel siendo pieza clave y hasta determinante en el transcurso de la llave ante los brasileños porque en el primer encuentro definitorio Neymar lo lesionó y lo sacó de la revancha.
Si bien Alejandro González salió de Peñarol y dio el salto al fútbol de Italia en 2013, cosechó amistades que hasta el día de hoy conserva, aunque de cara a los partidos de la Copa Sudamericana, prefiere no tener mucho contacto por todo lo que hay en juego.
“Enfrentar a Peñarol desde el punto de vista personal es una sensación extraña que el año pasado jugando en Defensor Sporting ya la tuve y fue como sacarme eso de ‘¿qué podrá pasar? ¿cómo me sentiré adentro de la cancha?’. Por supuesto que sé de la dificultad que representa enfrentar a Peñarol en una instancia como esta de copa internacional porque yo lo viví y sé cómo funciona, cómo se vive del otro lado y cómo se palpita.
Y por ese lado tengo claro que va a ser complejo. Pero también tengo la alegría de que a los 33 años puedo jugar esta competencia internacional en instancias decisivas, que voy a poder jugar en el Campeón del Siglo, algo que para todos los que jugamos en Peñarol es un anhelo poder hacerlo más allá de que va a ser con Sporting Cristal. Pero esas cosas me ponen contento. Me generan alegría. Después está lo deportivo y profesional. En lo futbolístico se que va a ser complejo y yo acá en el club trato de transmitirle a los demás cómo se vive este tipo de partidos del otro lado para que estén realmente preparados para salir a la cancha, ser competitivos y si todo sale bien poder clasificar a semifinales”, expresó.
Alejandro González en Peñarol. Foto: Archivo El País.
Alejandro tiene una gran amistad con Darío Rodríguez, ayudante técnico de Mauricio Larriera. Son de hablar mucho, pero desde que se enteraron que se iban a enfrentar aún no lo han hecho y el zaguero confesó que prefiere no hacerlo.
“Por ahora vengo incomunicado con excompañeros y amigos. Supongo que más cerca de los partidos habrá alguna comunicación. Tengo un gran amigo que es Darío que está ahí con el plantel y mejor prefiero no empezar a escribirme con él”, contó entre risas.
Pero con los que sí habla Alejandro González y con los que también tiene alguna chicana es con sus amigos de toda la vida, con quienes palpita de manera diferente este cruce entre Peñarol y Sporting Cristal que tendrá su primer capítulo el miércoles 11 de agosto a la hora 19:15 en Lima y siete días después en el Estadio Campeón del Siglo en ese mismo horario: “Tengo un montón que son de Peñarol y que siempre hinchan por mí más allá de que no juego en el club hace años, pero ahora me dicen que no van a hinchar por mí porque quieren que gane Peñarol, obviamente”.
Desde 2012, salvo en una temporada -la 2017- siempre estuvo entre los tres mejores. Y todo está basado en un proceso que tiene como objetivo potenciar el juego colectivo por sobre el individual y darle promoción a jugadores nacidos en el club.
Alejandro González contó con qué se va a encontrar Peñarol en los cuartos de final de la Sudamericana y dijo que “Cristal viene dominando la liga peruana y lo hace desde su colectivo. Más allá de que hay individualidades con jóvenes talentos que se formaron en el club, yo creo que en lo colectivo el equipo se transformó en un rival competitivo que prioriza la tenencia de la pelota, el buen juego, que también ha sabido transformarse de acuerdo al rival y ha planteado partidos en los que salió a buscar el resultado con mucha gente arriba. También el equipo tiene la capacidad para cambiar su sistema en varias oportunidades durante un partido y eso también lo hace competitivo”.
Lo cierto es que la presión estará en los dos bandos. En Uruguay, Peñarol tiene la obligación de avanzar por su historia. En Perú, Sporting Cristal es dominador del fútbol local y quiere dar el gran paso a nivel internacional para pagar una deuda histórica.
Mientras tanto, González apronta una llave que será especial porque enfrentará al equipo en el que se formó y al que desea regresar en algún momento, más allá de que hoy sus objetivos son otros: “Hubo una posibilidad real de volver en 2017 pero no se dio. Se habla mucho a nivel prensa siempre. Si se da sería muy lindo y si no, me quedo con que mientras estuve ahí fui mi mejor versión. Hay recuerdos imborrables y mi vínculo con la institución va a ser de por vida porque fue el club que me crió y el que me abrió las puertas de esta carrera”.
Entrevista: Ovación Digital – Uruguay
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