1961: primera final ganada por Sporting Cristal
El verano adormece, pero el transcurso de 1961 a 1962 estuvo más convulso que de costumbre. El campeonato de 1961 se extendió hasta el mismo Año Nuevo: el 31 de diciembre se disputó la última fecha, a la cual Sporting Cristal y Alianza Lima llegaron igualados en puntaje.
Cristal había sido líder arrollador, pero se cayó en las fechas finales y Alianza lo alcanzó; en las tres jornadas más recientes, los celestes habían empatado contra la ‘U’ (1-1) y perdido contra Centro Iqueño (2-3) y Atlético Chalaco (2-4). Su misión, sin embargo, era teóricamente más sencilla: chocaban contra Mariscal Sucre, que peleaba el descenso. Alianza, en tanto, debía enfrentar a Universitario en el clásico.
Cristal jugó en segundo turno, después del preliminar Chalaco-Ciclista. No pasó de un empate 2-2. El empate selló el descenso de Sucre
Alianza no sacó provecho y también empató, en el choque de fondo, contra la ‘U’ por 1-1. Fue un clásico tan flojo que la gente arrojó las almohadillas de sus butacas hacia el campo de juego, en protesta.
Con la igualdad persistente, hubo que programar un partido extra.
Dinamita contra los jueces
La semana estuvo caldeada. Arturo Yamasaki iba a ser designado para dirigir la final, pero los dirigentes se opusieron. Hubo una primera tentativa de traer al chileno Carlos Robles. Las gestiones fracasaron, pero se contrató finalmente al juez argentino Juan Carlos Brozzi. Cristal y Alianza, en partes iguales, costearon su arribo y sus honorarios.
Final calurosa
La final fue programada para el sábado 6 de enero de 1962 y toleró otra polémica, aunque menor. Cristal quería jugar por la tarde y Alianza por la noche; se impuso la propuesta blanquiazul, aludiendo al calor que reinaba Lima, que bajaría en horario nocturno. El choque quedó fijado a las 9 y 10 de la noche.
Por la remontada final y por el apoyo en tribunas, Alianza era favorito, pero a Cristal lo avalaba haber superado a los blanquiazules en sus dos encuentros regulares (2-1 y 0-1). Asistieron 38’845 personas.
En Cristal, su técnico Juan Honores decidió que reapareciera en el arco Reynaldo Párraga en lugar del veterano Rafael Asca; la defensa la conformaron Eloy Campos, Orlando De La Torre, Anselmo Ruiz y Roberto Elías; al medio arrancaron Matías Quintos, José Del Castillo y Nicolás Nieri; adelante, el trío estuvo compuesto por Alberto ‘Cachito’ Ramírez (el primer ‘Cachito’ del fútbol peruano, Alberto Gallardo y Faustino Delgado.
En Alianza, el brasileño Jaime De Almeyda dispuso a Rodolfo Bazán en portería; José Galván, el brasileño Wantuil De Trindade, Adolfo Donayre y Lorenzo Flores estuvieron en defensa; Juan de La Vega, Manuel Grimaldo y Víctor ‘Pitín’ Zegarra alinearon al medio; Eduardo ‘Sucre’ Flores, Jorge Cabanillas y Guillermo Gamarra lideraron el ataque.
Goles y mordiscos
El encuentro fue muy parejo en los primeros minutos, pero Cristal acentuó dominio hacia la media hora. En ese trámite, el gol le llegó como del cielo. A los 32’, Faustino Delgado cobró un tiro de esquina; Galván se agachó y no atinó a despejar, lo que fue aprovechado por Ramírez para, de cabeza, vencer a Bazán y poner el 1-0. Reinó el silencio en el Nacional.
Alianza reaccionó recién en el inicio del complemento. A los 49’, Párraga desvió, con las rodillas, un disparo casi seguro de ‘Gamarrita’; minutos después, un tiro de ‘Sucre’ Flores remeció el travesaño. Poco a poco, los íntimos asumieron el dominio, aunque con desorden.
Cristal liquidó el asunto a falta de ocho minutos: Alberto Gallardo, su figura en aquella campaña, inició una carrera veloz con la marca de Wantuil encima; al entrar al área, el brasileño lo trabó y Brozzi cobró el penal. Los íntimos reclamaron que el jalón había sido fuera del área, pero esta versión fue refutada por el propio periodismo, que juzgó acertada la decisión del argentino. El propio ‘Jet’ remató al medio (según las crónicas, si Bazán no volaba hacia su derecha, atajaba el disparo) y puso el 2-0.
Con la final sentenciada, se desataron los conatos de bronca. A los 85’, Nicolás Nieri y Manuel Grimaldo se fueron por agresión mutua; Nieri acusó a Grimaldo de haberlo mordido; los periódicos relatan que, en camarín blanquiazul, Grimaldo sujetaba un pañuelo con la boca. Instantes después, Lorenzo Flores fue expulsado por una entrada desleal contra ‘Chito’ La Torre, quien minutos antes le había entrado con fuerza a Gamarra, por lo que la acción fue calificada de vendetta; el último expulsado, ya en los descuentos, fue Eloy Campos, por una acción peligrosa.
El agasajo fue en la casa de don Ricardo Bentín, en la avenida Petit Thouars. Hubo cerveza y whisky a discreción, y se prolongó hasta la madrugada. El delegado Augusto Moral fue el único que se fue temprano; viajó la mañana siguiente a Buenos Aires, para coordinar la participación de Cristal en el “Torneo de Clubs Campeones del Mundo”, como llamaba la prensa peruana, por entonces, a la bisoña Copa Libertadores.
Paralelamente, en el Rímac, los vecinos armaron una fiesta espontánea, a la cual se sumaron los hinchas y socios que querían ‘seguirla’ después de la reunión en Santa Beatriz. No era para menos: si en 1956 Cristal se había consagrado sin jugar, el segundo título de su historia merecía celebrarse por todo lo alto. Fue su primera final y supo ganarla.